"La música conforma el compás que une estas páginas: es imposible no tararear al ritmo de las pa-pi-tas-con-sal-si-ta ya que, claramente, las brujas le pusieron un hechizo a usted sin que se diera cuenta. Por eso desea comprar este libro. Las portadoras de sombreros negros son eclécticas, desfachatadas y divertidas: con una nueva temática como eje, demuestran sus habilidades brujiles para decir lo que se les viene en gana sin tener que preocuparse por lxs humanxs que las observan. En este segundo número se relacionan con más soltura con otros seres y las vemos en situaciones más íntimas que no les causan ni un mínimo de vergüenza. Se desvían de la tradición brujil, combaten contra virus indeseados; si rompen la cuarta pared es para insultar a lx lectorx: ¡quién pudiera ser bruja!"