"“Es un tributo muy distintivo ser elegido como amigo y confidente de un gato.” H. P. Lovecraft. «Como amante de los gatos, Howard Philips Lovecraft frecuentemente incluía en sus relatos a estos elegantes y misteriosos animalitos. En su estilo deliberadamente desamorado y serio, los describía como símbolos de perfección, estética, libertad e independencia. Pero entre las cartas del escritor aparece Niggerman, un gatito negro que acompañaba a Lovecraft en su niñez. Al hablar de Niggerman (rebautizado “Negrito” para esta obra) las palabras del autor asumían un tono cálido, recordando con ternura cómo jugaban juntos en el jardín. Al hablar del gatito, el escritor no pudo, o no quiso, esconder sus sentimientos. El cariño que Lovecraft mantuvo a lo largo de su vida por Niggerman inspiró esta historia, permitiéndonos acceder a un costado más humano del gran autor del horror.» Dolores Alcatena."